Pánico: Una década con aroma a colonia inglesa

El año 0 no existe, el PBI tampoco existía. En 1890, se llamó “Pánico” a la profunda depresión que vivió el país durante la presidencia de Miguel Juárez Celman. En ese momento se definía a Argentina como una colonia inglesa.

El discurso en Davos, calificado como un hecho humorístico por la mayoría de los medios, fue en realidad una puesta en escena dramática del teatro del absurdo que tanto auge tuvo a mediados del siglo XX.

Un personaje, al estilo Eugene Ionesco, leyendo incoherencias ante un auditorio acostumbrado a tener control sobre el mundo. Un protagonista, irracional, hablando sobre historias fabricadas en su imaginación y tratando de obtener la admiración que su narcisismo necesita para sanar las heridas de su alma rota en mil pedazos.

Allí, en el centro de la escena de un foro que reúne a los principales líderes empresariales, políticos, periodistas, intelectuales, subió al estrado una extraña mezcla de “piantao” y polizonte en un viaje a la estratósfera. El tipo podría haber hecho historia y convertirse en águila, pero su discurso tuvo todos los ribetes de un ganso paseándose en el corral de los dueños de la batuta de la orquesta mundial.

Algunos pensaron que los organizadores habían contratado un show de humor para sorprenderlos, hasta que se dieron cuenta que el supuesto humorista era un presidente. El mandatario de un país con importantes riquezas naturales, que durante años defendió su soberanía y hoy es gobernado por un “ser raro” que está dispuesto a regalar todo a cambio de muchos “me gusta” en sus comentarios en X.

Cuando el tipito habló del PBI del año 0 al 1800, todos quedaron desorientados. Nadie conocía la existencia del año 0 y muchos menos del PBI que fue creado en 1937 por el economista Simon Kuznets. Algunos se imaginaron a Jesús crucificado y diciendo: “Perdónalos padre, no saben lo que hacen”.

Otra “pifiada”, de las tantas, fue cuando mencionó la Argentina liberal de 1860 en adelante y marcó un tiempo de “35 años”. Vamos a la historia de esa década, que tiene algunas semejanzas, con las ideas actuales.

En las elecciones de 1886, Julio Argentino Roca (el gestor de la Campaña del Desierto con la matanza ya conocida) logró imponer la candidatura de su concuñado Miguel Juárez Celman, ex gobernador de Córdoba, quien, elecciones fraudulentas mediante asume la presidencia de la Nación. Tomando como fuente al historiador Felipe Pigna, encontramos que a ese régimen se lo denominó “El Unicato”.  Juárez Celman y sus socios controlaron todos los resortes del poder.

Los negocios públicos y los privados se complementaron. Ricos empresarios incursionaron en la política; para hacer negocios, cuenta Pigna.

¿Les resulta conocido? Tenemos una matriz similar en la actualidad.

Privatizaciones y negociados

“Estos grupos, formados por financistas, gestores, intermediarios, especulan con cada venta, cada compra, cada préstamo, cada licitación, haciendo enormes negocios a costa de los fondos estatales, sin siquiera preocuparse en pagar impuestos. Juárez Celman lleva adelante una política económica liberal fomentando la privatización de todos los servicios públicos. Esto da lugar a grandes negociados y generaliza la corrupción en la administración estatal.” Relato de Pigna publicado en la página de “El Historiador”.

Liberalismo, concentración del poder y negociados. En ese momento, éramos considerados una colonia inglesa por la deuda que teníamos con Baring Brothers. Según palabras del economista alemán Gerhart von Schulze-Gaevernitz: “Argentina se halla en una situación tal de dependencia financiera con respecto a Londres, que se la puede casi calificar de colonia inglesa”.

“En junio de 1890 el gobierno anuncia oficialmente que no puede pagar la deuda externa. Esto precipita la crisis. Los ahorristas empiezan a extraer sus depósitos de los bancos que quiebran en su gran mayoría y las acciones bursátiles caen estrepitosamente.

Julián Martel brinda en su libro La Bolsa una versión muy particular sobre la crisis. Habla de una supuesta conspiración judía internacional para destruir la economía argentina. Eran los años posteriores al caso Dreyffus y de auge del antisemitismo francés.

La desocupación se generaliza y se agrava notablemente la situación de los trabajadores.” (Pigna).

Pánico, se denominó esa crisis.

Un buen título para la obra del absurdo que estamos viendo hoy en pleno siglo XXI, 134 años después.

Pánico.

 

♣Imagen de Jeff Jacobs en Pixabay

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