Viento de cola y viento en contra
A los hombres fuertes les pasa lo que a los barriletes; se elevan cuando es mayor el viento que se opone a su ascenso” José Ingenieros
Semana complicada, días complicados. La flamante ministra de Economía, Silvina Batakis, anunció un par de medidas que no pudieron transparentar las aguas que vienen bajando turbias desde el norte hasta el sur.
La inflación es uno de los mayores problemas con causas muy complejas. La inflación se va quedando con parte de los ingresos de los ciudadanos. Los va arrebatando con sutileza, día tras día, mes tras mes.
El aumento excesivo de precios es la sorpresa de cada mañana, mientras nuestros billetes tienen cada vez menos valor adquisitivo.
Parte del campo protesta y hace un paro, los movimientos sociales protestan y se movilizan. Si miramos a la derecha, todo es crítica. Si miramos a la izquierda, más críticas.
Batakis está parada en medio de las llamaradas. “No vamos a gastar más de lo que tenemos”, dijo la funcionaria en la conferencia de prensa brindada el pasado lunes.
Y saltaron las chispas de todos lados. Los que insistían con el equilibrio fiscal la miraron de reojo, los que esperan mayor gasto público fruncieron el ceño. “Es más de lo mismo”, remarcaron los que fogonearon la renuncia de Guzmán.
“A este país no lo conforma nada, somos los descendientes de la Gata Flora”, afirmó un dirigente peronista de la vieja guardia agregando: “Hoy son todos economistas, nada les parece bien, pero no aportan nada”.
Batakis tiene que remontar un barrilete y el viento es un elemento principal para lograr que la cometa ascienda. “A los hombres fuertes les pasa lo que a los barriletes; se elevan cuando es mayor el viento que se opone a su ascenso”, escribió José Ingenieros.
Se necesita un gobierno con mucha fortaleza para encauzar la economía en un contexto mundial imprevisible.
El mercado
El denominado “mercado” siempre está presente en el anclaje o despegue. El economista Rubén Vaudagnotto dejó una definición clara entrevistado por El Diario, la semana que pasó: “Los mercados tienen nombre y apellido: el Banco Central tiene como referentes a 47 consultores y Bancos, como el Santander, JP Morgan, el Banco Credicoop, el Banco Galicia, el Banco Hipotecario, Eco Latina, el estudio Broda, Orlando Ferreres, sumemos a las 200 empresas más grandes del país y ahí tenés los nombres y apellidos de lo que suelen llamar ‘el mercado’”.
Nombres y apellidos que manejan el viento. “El mercado puede permanecer irracional más tiempo del que usted puede permanecer solvente”. Concepto del economista británico John Maynard Keynes, uno de los más influyentes en las primeras décadas del siglo pasado.
Uno supone que, para enfrentar la irracionalidad, se necesita racionalidad. ¿Cuáles serían las medidas racionales?
Según la opinión de Rubén Vaudagnotto, publicada en nuestra edición del sábado 16 de julio: “Hay reformas más estructurales que deberían hacerse para que la economía se acomode un poco, como reformas laborales, reformas tributarias, reformas en el mercado de capitales que ordene la economía y enfoque la atención hacia el mercado interno, con una inserción progresiva en el mercado internacional… Pero estoy hablando casi al nivel de utopía, diría”.
Reformas estructurales. ¿Son posibles sin un gran acuerdo nacional? ¿Son posibles si los grandes empresarios no colaboran?
Por las dudas, siempre
El Diario consultó también al economista local Alexis Aguilar. “Los empresarios mostraron su preocupación a través de aumentos de precios que alcanzaron a la gran mayoría de los productos de la economía, en un intento por resguardarse ante la incertidumbre, y ante las nuevas medidas de endurecimiento al cepo a las importaciones”, dijo el joven que tiempo atrás fue dirigente de la Coalición Cívica.
Es una constante, en nuestro país, que los formadores de precios aumenten por las dudas. Si el dólar sube, aumentan. Si el dólar baja, aumentan. Si hay cepo, aumentan, si no hay cepo, aumentan.
En síntesis, ellos ganan y el resto de los habitantes pierde. Nos preguntamos ¿por qué la suba del dólar paralelo encarece el valor de los productos que obtenemos de la riqueza de este bendito suelo?
El misterio del pensamiento “verde”, que no es precisamente ecológico. La moneda estadounidense es la estrella. Dicen que algunos nacen con estrellas y otros estrellados.
Nuestro maravilloso “peso” nació y vive estrellado.
“El Gobierno pierde energía poniendo restricciones, cuando tiene que poner el foco en eliminar el déficit fiscal, algo que la nueva ministra por lo menos lo declamó en su conferencia de prensa”, afirmó Aguilar en la entrevista.
Equilibrio fiscal
La ministra de Economía anunció, desde el mismo momento de su asunción, que buscaría el equilibrio fiscal y lo resumió en una frase: “No vamos a gastar más de lo que tenemos”.
El problema es que un sector no le creyó y siguió haciendo de las suyas. El otro sector se rebeló en contra de lo que consideran “un ajuste” por el cumplimiento con las normas del FMI.
Con el viento fuerte en contra será difícil remontar el barrilete.
“La matriz estructural de la Argentina está intacta. La intención del Gobierno es mantener esa estructura productiva, sostenerla, complejizarla, hacerla más productiva, generar puestos de trabajo y exportar más”, señaló Batakis.
Sería necio no reconocer que la actividad productiva va en ascenso, el desempleo disminuyó varios puntos, la obra pública generó más de medio millón de puestos de trabajo y la Argentina creció a un ritmo superior a otros países, tras la pandemia.
El problema es que dicho crecimiento no llegó por igual a todos y todas.
Este punto disparó las internas en el Frente gobernante.
Hoy, casi todos parecen haber olvidado que el Gobierno actual recibió una deuda, prácticamente impagable. Hubo que reestructurar el pasivo con los acreedores privados y con el Fondo Monetario Internacional.
A los tres meses de asumir el presidente Alberto Fernández apareció en escena el COVID-19. El Estado invirtió en más de cien millones de vacunas, en centros de salud, hizo aportes a las empresas para pagar sueldos, implementó el IFE, créditos a tasa 0 para monotributistas, tarjetas alimentarias y una serie de medidas destinadas a contener a la población.
Poco se habla de eso. Es muy humano, tal vez, olvidarnos de las buenas acciones y poner énfasis en los errores o en lo que falta por hacer.
Muy humano, al igual que echar culpas a los demás y no asumir las propias.
Viento de cola
Varios expertos en economía consideran que para Argentina hay “viento de cola” en medio de la guerra. El incremento del precio de las commodities, las perspectivas de abastecernos de energía propia en mediano plazo, el incremento de la capacidad industrial, el auge del turismo y otras variables beneficiosas.
El viento en contra, también, está presente. Los ingresos de los asalariados están en desventaja, los jubilados de la mínima no llegan a cubrir la canasta básica y la pobreza afecta a un 27% de los hogares, entre otros indicadores.
En ese contexto empezó el debate por un salario universal o ingreso complementario como lo llaman ahora para unos nueve millones que están en la informalidad. El monto sería de 14 mil pesos mensuales.
La ministra Batakis ya dijo que “el Gobierno no puede afrontar ese costo”. No hay dinero en las arcas del Estado.
Los impulsores afirman que se puede recurrir a la “renta inesperada”, aumento de las retenciones, transferencia de subsidio de las tarifas, entre otras medidas.
¿Están dadas las condiciones para llevar adelante esta propuesta?
Es la pregunta del millón o de los millones que se necesitan.
Para enfrentar esta pelea con los poderosos, que no están dispuestos a dar nada más, es necesaria la unidad. Una unidad fuerte, con lazos irrompibles y no dependiendo de los humores o peleas de sus piezas principales.
¿Están dadas las condiciones para esa unidad?
Otra pregunta del millón y de millones que esperan una señal clara de sus representantes. Menos egos y más compromiso con el pueblo.
Casi, una utopía.