Tu corazón tiene alas, mujer, podés volar

Sos capaz de colgarte del lado oscuro de la luna y balancearte en el abismo, hasta encontrar el refugio del sol y volver diciendo: “sabía que el maldito estaba escondido en alguna parte”.

Sos capaz de desarmar los rieles del tren de las oportunidades, con los dientes, si un hijo o hija ha sido arrojado a la pampa y a la vía (muy común por cierto en estos tiempos y en otros) por los inescrupulosos.  Y luego, gritarles cara a cara “no podrán conmigo, ni con nosotras”.

Sos capaz de destejer la madeja más enredada, noche tras noche, para tejer el camino de la esperanza, día tras día. Tejerlo punto por punto, armarlo punto por punto.

Sos capaz, muy capaz. Podés reír sin parar hasta el ocaso y llorar sin pausa hasta la aurora. Podés sumergirte hasta el fondo y elevarte, de un solo movimiento, hasta la superficie.  Tenés la fuerza necesaria para desgarrarte en los partos del mundo y a los pocos minutos emocionarte por el nacimiento de un nuevo ser.

Sos capaz de ponerle el pecho a la vida y el corazón a la muerte. De hecho, lo demostraste desde el inicio de los tiempos, luchando por tus derechos. Dando la vida por tus derechos.

Sos capaz de andar por el subsuelo, con una espada o con una rosa, depende el destinatario. Sos capaz, muy capaz de caminar con los pies en la tierra, teniendo siempre a mano, por si es necesario, la escoba voladora. Sos amor sin hipocresía, sos honestidad sin máscaras, sos emoción y pensamiento, sos diosa y bruja de acuerdo al patriarca que lo analice.

Sos mujer, somos mujeres. Elogiadas, criticadas, adoradas, agredidas, abrazadas, castigadas, ensalzadas, humilladas. Mujeres con valor, sin precio en las góndolas. Por momentos admiradas, por momentos destruidas.

Somos mujeres. No todas sabemos manejarnos, correctamente, en el camino de las normas impuestas desde tiempos ancestrales.  Más de una vez nos equivocamos, confundimos al enemigo. Pero en algún momento, nuestra esencia nos llama.

“No hay barrera, cerradura, ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente.” Una frase de Virginia Woolf.

Sos capaz, tu mente es libre. Tu corazón tiene alas. Podés volar, mujer.

No te arrastres nunca.

Feliz día mujeres. En honor a todas las que dejaron su vida en la lucha por una causa, las que siguen luchando sin pausa. Las que sufren violencia, las marginadas del sistema, las anónimas solidarias, las víctimas de injusticia.

Feliz día, la batalla cultural no termina, recién empieza.

Imagen de Gerd Altmann en Pixabay

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