Banquete, escasez y la ñata contra el vidrio
Ellos vivían en una mansión, pisos de mármol, porcelana francesa. Jarrones de la dinastía Ming, cristalería antigua, platería inglesa. Ellos habitaban en su casa de cristal, manijas de oro y mascotas con diseños Dior.
En el patio trasero alojaban a la servidumbre. Vajilla descartable, colchones en el piso, un par de lamparitas, y mobiliario de plástico.
Ellos vivían de fiesta, noche a noche disfrutaban sus banquetes al estilo del imperio romano. Noche a noche derrochaban abundancia, frente a las narices apoyadas contra el vidrio de la escasez.
Noche a noche. Tragos y caviar. Bebidas exóticas y frutas de todos los colores. Risas y música.
Un día, de esos que nunca faltan en el calendario, llegó a su puerta un viajero, traje hecho a la medida, zapatos brillantes, impecable oratoria y varios títulos bajo el brazo. Lo recibieron, porque un amigo les dijo que era un “Angel maestro y poeta”, ungido en las doctrinas más complejas, con nombres difíciles y con la vara mágica del poder, supuestamente cargada por una bruja encantada o no.
“La vara del poder”, fue la frase contundente que los convenció para considerarlo un huésped de honor. El invitado, aceptó el convite con humildad. Inmediatamente, se organizó una gran celebración en su nombre.
Desde diversas mansiones llegaron con regalos costosos para agasajarlo. Globos, carteles de bienvenida, manjares, cócteles, joyas. El Angel, sin alas visibles, el maestro poeta, recibió todos los obsequios en silencio.
Luego, sin decir palabra, abrió las puertas que conducían al patio trasero y depositó sus “presentes” en manos de los considerados siervos.
Fue un momento inaudito. Un instante de mudez absoluta. Un minuto de irracionalidad para los dueños de la casa. Acto seguido alguien gritó ¿qué está haciendo?
El atrevido invitado respondió con otra pregunta: ¿Cuánto tiempo creen ustedes que pueden aguantar los que miran el banquete contra la ñata contra el vidrio? ¿Cuánto tiempo pueden soportar el hambre observando tanta abundancia sin reaccionar, sin romper el vidrio?
¿Cuánto tiempo?
Muchos se quedaron pensando. Por suerte.