Contra viento y marea

“A este país, lo pone de pie la clase media argentina, lo pone de pie el productor mediano, lo pone de pie el comerciante, lo pone de pie el trabajador cuando tiene capacidad de consumo.

A este país lo pone de pie el funcionamiento del mercado interno. El 80% del PBI es mercado interno.” Las palabras pertenecen a Sergio Massa, las expresó en una extensa entrevista “Mano a mano” que le hicimos para este suplemento, de El Diario del centro del país, en febrero de 2019.

En ese momento, el referente del Frente Renovador vino a Villa María, participó del Festival de Peñas y recorrió las instalaciones de una empresa, acompañado por el intendente Martín Gill.

Por esos días del verano de hace tres años, no existía la posibilidad del armado del Frente de Todos.

Sergio tenía una buena relación con la provincia de Córdoba a través de la alianza formada en 2015 con José Manuel de la Sota. Del Gallego recibió muchos consejos.

“De la Sota fue un gran maestro y me enseñó que desde el odio y la revancha no nace nada bueno. Y que había que tener templanza y serenidad aún para el peor adversario.

Y que en la política y en la discusión de ideas había adversarios, no enemigos”, dijo en la charla que tuvimos en el despacho de Gill, hace tres años.

Pasaron muchas cosas desde ese día a hoy. El abogado, nacido en la provincia de Buenos Aires el 28 de abril de 1972, se convirtió en uno de los pilares del Frente ideado por Cristina Fernández.

Las diferencias del pasado quedaron atrás y hoy el tigrense se juega todas las fichas al sentarse en un sillón elemental para el éxito o el fracaso del Gobierno. Si la “massa” le sale bien, tendremos crujientes y crocantes para hacer dulce.

El designado ministro de Economía tendrá que luchar contra viento y marea para llevar a buen puerto el barco. Estabilizar los indicadores, mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores, seguir impulsando la industria y las pymes, generar más trabajo, acumular reservas, disminuir los índices de pobreza, mejorar las jubilaciones, entre otros temas.

“De pocas partidas he aprendido tanto como de la mayoría de mis derrotas”, señaló alguna vez el famoso ajedrecista cubano José Raúl Capablanca.

Massa aprendió de su participación en 2015, cuando con 43 años se postuló a la Presidencia con una alianza nueva, fuera del peronismo liderado por Cristina, y obtuvo un 21% de los votos. Una excelente performance, saliendo tercero detrás de las dos fórmulas fuertes que luego disputaron el balotaje: Macri y Scioli.

Causalidad o casualidad

La mayoría de los sucesos no son simples casualidades. En política, para entender o analizar de la mejor manera la coyuntura, es necesario remitirse a las causas que la originan.

Poniendo el foco en 2019, la situación del país era muy complicada para el gobierno que ganara las elecciones. Cristina hizo una estrategia destinada a vencer al adversario. Ella eligió para encabezar la fórmula a una persona conciliadora, moderada, con capacidad para lograr la unidad con diversos sectores, entre ellos el más relevante y con un buen armado: el Frente Renovador.

Sorprendió con la candidatura de Alberto Fernández, un hombre de confianza de Néstor y alejado de la impronta que manejó ella en su gestión. Alberto acercó a Sergio Tomás, el joven elegido por Néstor por su capacidad y su moderación y que se alejó en 2013 de las filas de la expresidenta y actual vicepresidenta.

Diferentes miradas en un peronismo que se caracterizó por nuclear a sectores más moderados y más extremos.

El peronismo es revolucionario, pero no extremista. En ese movimiento creado por Perón convivieron diversas ideas, unas por la derecha, otras por la izquierda, otras por el centro. Eso es peronismo.

“Cada uno dentro del movimiento tiene una misión. La mía es la más ingrata de todas: me tengo que tragar el sapo todos los días. Otros se lo tragan de cuando en cuando. En política, todos tienen que tragar un poco el sapo”. Frase de Juan Domingo Perón.

El líder del movimiento que hoy está en el gobierno también decía: “A mí se me presentan todos los días y me dicen: ‘Estos son los traidores’ y vienen otros y me dicen ‘Los traidores son los otros’. Y yo siempre les digo lo mismo, porque todos lo que vienen me dicen ‘¡Pero nosotros tenemos razón!’ y yo les digo ‘Tal vez, pero yo no soy juez, no estoy para darles la razón. Yo estoy para llevarlos a todos, buenos y malos’. Porque si quiero llevar solo a los buenos, me voy a quedar con muy poquitos.”

En el Frente de Todos, están todos.

El arte de hacer lo posible

Para tratar de comprender lo que pasa en este Frente que estuvo disputando espacios de poder, vuelvo a recurrir a los conceptos del líder espiritual del peronismo. “Es evidente que en todos los movimientos revolucionarios existen tres clases de enfoques: el de los apresurados, que creen que todo anda despacio, que no se hace nada porque no se rompen cosas ni se mata gente. El otro sector está formado por los retardados, esos que quieren que no se haga nada… Entre esos dos extremos perniciosos existe uno que es el equilibrio y que conforma la acción de una política, que es el arte de hacer lo posible.”

En este punto, el del equilibrio, entra la designación de Sergio Massa en el Ministerio de Economía. Una designación basada en “el equilibrio” para salir de la tempestad que agitó las aguas en la alianza gobernante.

Massa ha sido el moderador de la relación entre el presidente y la vicepresidenta. Tiene buenas relaciones con diversos sectores de la complicada sociedad argentina.

Tiene buenas relaciones con Estados Unidos y con China. Tiene un perfil político con peso, forjado con años de trabajo. Es bueno en lo ejecutivo y en lo legislativo.

Es respetado por un sector de la oposición.

Tiene un perfil para lograr encarrilar una economía que dejaron bien perfilada los ministros anteriores, desplazados por cuestiones relacionadas más con los “egos” de la política que con los resultados.

La mayoría deberíamos esperar que le vaya bien al nuevo ministro. Porque está en juego el futuro de la mayoría del pueblo. La economía es el motor fundamental para poner en marcha la justicia social en un mundo de injusticia y convulsionado por la guerra, tras una pandemia.

“No soy un salvador. La política no necesita salvadores, sino servidores. Los problemas económicos de Argentina no se resuelven con una persona. Se resuelven con trabajo en equipo”, escribió en su cuenta de Twitter el presidente de la Cámara de Diputados y futuro ministro de Economía.

La mayoría no espera un milagro, la mayoría espera un poco de calma, certidumbre, madurez para resolver los problemas que afectan a la población.

“Voy a trabajar con alma y vida, sin prejuicios, y dispuesto a hablar con todos los sectores políticos, económicos y sociales de la Argentina para contribuir al orden, la certidumbre y el crecimiento”, expresó, al darse a conocer su designación.

El tiempo dirá.

-Foto: publicada en la cuenta de Twitter de Sergio Massa

También puede gustarle...