Una jornada histórica en la “tierra de Colón”

“Gran acuerdo nacional.” “La élite más peligrosa de la región.” Frases escuchadas de boca del flamante presidente de Colombia, Gustavo Petro, y de su vice, Francia Márquez.

Frases muy conocidas por los argentinos y argentinas. Deseos de acuerdos difíciles de concretar con “las élites más peligrosas”.

“Ahora América es, para el mundo, nada más que los Estados Unidos: nosotros habitamos, a lo sumo, una sub-América, una América de segunda clase, de nebulosa identificación. Es América Latina, la región de las venas abiertas”, escribió Eduardo Galeano.

La sub-América intenta ponerse en pie, entre los sacudones de un mundo en conflicto y de eternas desigualdades.

Por primera vez en la historia de Colombia, asumió un hombre surgido de la izquierda y una mujer afrodescendiente, feminista y anticapitalista. Por primera vez, el país cuyo nombre significa “tierra de Colón”, encarará una democracia “multicolor” que pone sobre la mesa “la justicia social”.

“Sí, se pudo”, cantaron los presentes en un acto previo a la asunción presidencial llevado a cabo el sábado en el Parque Tercer Milenio. Una frase que recuerda el slogan de Obama y el de Cambiemos. Paradoja.

La mayoría del pueblo colombiano, como otros pueblos, anhelan la paz después de sesenta años de violencia. La mayoría desea salir de la pobreza, hoy instalada en un 39,2%, y reducir la brecha entre los que más tienen y los que menos tienen.

Petro pretende recargar tributos en las cuatro mil fortunas más grandes colombianas y una serie de proyectos tendientes a disminuir las diferencias de clases. ¿Podrá enfrentar la dura batalla?

Como en toda América Latina, asumir el sillón presidencial no significa tener el poder.

“¿Por qué la originalidad que se nos admite sin reservas en la literatura se nos niega con toda clase de suspicacias en nuestras tentativas tan difíciles de un cambio social? ¿Por qué pensar que la justicia social que los europeos de avanzada tratan de imponer en sus países no puede ser también un objetivo latinoamericano con métodos distintos en condiciones diferentes?”, escribió el colombiano Gabriel García Márquez en 1982.

Una pregunta que todavía está latente en este sur que también existe.

Amplia brecha

Colombia tiene 50 millones de habitantes. Según los datos del DANE (Departamento de Estadísticas de dicho país), el 72,9% de los hogares colombianos vive en situación de pobreza o gana ingresos bajos e inestables y solo el 1,7% de los hogares constituyen la clase alta.

El aumento de los precios, sobre todo de los alimentos, es una de las variables que deteriora el poder adquisitivo de los hogares más vulnerables.

El trabajo informal es otra de las características de la vida económica. Casi seis millones de personas se encontraban en esta condición a fines de 2021, de acuerdo al relevamiento realizado en las 23 ciudades principales.

Entre las propuestas de campaña, Petro prometió desmontar los beneficios tributarios al sector de energías no renovables, gravar a las grandes fortunas y latifundios “sin producción” y prohibir que se recurra a paraísos fiscales a “quienes reciben recursos públicos”.

Un hecho histórico

La llegada de Petro a la “Casa de Nariño” es considerada un hecho histórico por tres razones: Es la primera vez que un dirigente de izquierda y exguerrillero asume la Presidencia. Es la primera vez que una afrodescendiente es vicepresidenta y es la primera vez que una fuerza no apoyada por la “élite política” gana las elecciones.

Gustavo Petro nació el 19 de abril de 1960. Es economista y fue miembro del M-19, un grupo de guerrilla urbana. Fue apresado por cuestiones políticas, liberado, amenazado de muerte, lo que lo llevó a dejar el país en 1994, siendo nombrado en una embajada.

Fue senador en 2006 y alcalde de Bogotá de 2012 a 2015. Se postuló para presidente de Colombia en 2018, siendo derrotado en la segunda ronda de votación. En 2022 ganó la elección en segunda vuelta, obteniendo más de once millones de votos.

La vicepresidenta Francia Márquez nació el 1 de diciembre de 1981. Es abogada, activista ambiental, defensora de los derechos humanos y de la igualdad de género.

Su oposición contra la explotación minera indiscriminada puso en riesgo su vida, siendo objetivo de grupos paramilitares. En 2019 fue víctima de un atentado con armas de fuego.

Como activista, es reconocida internacionalmente y recibió distinciones por su labor.

Fue presidenta del Consejo Nacional de Paz y convivencia.

La jura

El día elegido para la jura es una fecha importante en la historia colombiana. El 7 de agosto se conmemora la Batalla de Boyacá, uno de los principales momentos fundacionales de Colombia, pues concluyó la campaña independentista en 1819.

Antes del acto, en la Casa Privada del Palacio de San Carlos, Gustavo Petro se reunió con Alberto Fernández. El mandatario argentino fue el primero en ser recibido personalmente por su par de Colombia.

Ayer, miles de colombianos ganaron las calles con banderas y pancartas celebrando la toma de posesión de Petro. “Desde hoy, comienza la nueva historia del poder del pueblo y para el pueblo”, expresaban manifestantes marchando con cánticos.

A las 15.21, hora de Colombia, y 17.21 hora argentina, Petro prestó juramento, acompañado de su familia, ante el Congreso.

Emocionado, escuchó la ovación de una multitud que colmó la Plaza Bolívar.

La expectativa de sus votantes es alta. En los comentarios leídos mientras transmitían el acto en vivo, estaba el amor y el odio presente. La mayoría de los mensajes negativos tienen la misma “letra” de los opositores de nuestro país. Una réplica que se repite en contra de los gobiernos “populares” del continente. “Se convertirán en Venezuela. Pobre Colombia”, es una de las frases más repetidas entre los detractores.

El nuevo gobierno intentará “cerrar las viejas heridas, detener la guerra, la violencia, la miseria”.

“América Latina se vuelve socialista”, cantaban los presentes, mientras la espada de Bolívar era trasladada hacia el palco principal antes del discurso del presidente.

“Esta espada tiene tanta historia y hoy sumará una más de por qué se demoró en llegar a esta plaza”, fueron las primeras palabras de Petro ante el pueblo y los invitados, entre ellos los presidentes de Argentina, Bolivia, Chile, Honduras.

Luego de nombrar a los invitados especiales, enviar un saludo al Papa Francisco, “que lo necesitamos”, inició su mensaje a las 18.30 (hora argentina).

“Llegar aquí junto a esta espada es toda una vida, una existencia, y quiero que nunca más esté enterrada, que sea del pueblo, es la espada del pueblo, la espada libertaria de Bolívar”, dijo en el comienzo de su oratoria.

Construir la política del amor fue la consigna. “Tengo que decirle a los colombianos y colombianas que hoy empieza nuestra segunda oportunidad. Es la hora del cambio, podemos escribir juntos el futuro en paz y unión.”

Petro habló de hacer posible lo imposible.

¿Lo dejarán lograr su cometido?

Ojalá.

Nota de mi suplemento Mano a mano de El Diario del centro del país. Ilustración de Raúl Olcelli

 

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