El mundo del más allá y del menos acá

¿Cuántas grietas tenemos? ¿Una, dos, tres, múltiples?

Resulta peligroso caminar en un terreno con tantas rajaduras. Pisás acá y se abre el suelo, pisás allá y explota una mina. Das otro paso, y viene un terremoto.

Salís vestido con traje de astronauta, con máscaras, barbijos, alcohol en gel, kit sanitizante, cloro, lavandina, guantes, máscaras anti gas, chalecos anti virus y anti balas por las dudas. Salís a la puerta de tu casa, que ya no se parece a una casa sino a búnker refugio, tratando de caminar en el espacio, evitando los pies en la tierra, en esa tierra que tiene menos certidumbre que el aspecto planetario.

Hoy, es más fácil vivir en la Luna que en el mundo real. Es más previsible encontrar seres sensibles en Marte, que seres sensibles en un día martes cualquiera. De esos martes que, si tienen el número 13 en el calendario, te advierten que no es bueno casarte y muchos menos embarcarte.

Y muchos menos, casarte o embarcarte con la política. Y muchos menos, si has tenido la osadía de escuchar a los supuestos periodistas “famosos” gritando, desaforados, que estamos en la antesala de un infierno, en una guerra de ángeles y demonios, en una nave comandada por psicópatas, según los expertos en nada, o en un tren fantasma conducido por los disfrazados de un festejo de Halloween, según los especialistas en vuelo.

¿Cuántas grietas tenemos? ¿Hay dos modelos? Hay miles de modelos, uno por cada habitante de este país especializado en la “Todología”, uno por cada político anti política especializado en la materia. Una ciencia que tiene un conocimiento acabado sobre el Todo.

Los “todólogos”, de la política que odian y sus seguidores, son expertos en cualquier área. Saben de economía, abogacía, arquitectura, ingeniería, salud, educación, ambiente, lenguaje de gestos, sicología, siquiatría, fútbol y demás deportes.

Es incomprensible que nadie los llame para arreglar el kilombo que tiene el mundo del más acá. Porque, muchos de ellos cuando estuvieron gobernando se pasaron buscando la luz al final del túnel y encontraron el crecimiento invisible. Una historia del más allá. Lograron ver el derrame del más allá que nunca llegó al más acá.

Vieron la lluvia de inversiones, del más allá. La plata que se fugó al más allá y nos dejó en la ruina al más acá.

¿Cuántas grietas tenemos? Entre el más allá y el más acá hay demasiadas.

Con todo respeto, no hay dos o diez modelos en juego. Hay uno, el de los que vivimos en el más acá, en el que luchamos día a día para sobrevivir en esta tierra, en el que trabajamos para construir un lugar mejor, en el que ponemos el pecho para la unidad de los millones que amamos al país.

De los millones que vivimos en el más acá.

Abrazos.

Imagen de Gerd Altmann en Pixabay

 

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