El Papa, Alberto y el ataque de los alacranes
Grieta, palabra grave. Tan grave que ataca a una sociedad en todos sus puntos vulnerables. Mientras el presidente Alberto Fernández se esfuerza por debilitarla, la oposición plantea la guerra a través de su ejército de troll en las redes sociales, ciertos medios de comunicación que deforman la información y un grupito de dirigentes que ya no ocultan los intereses que representan.
La reunión del primer mandatario nacional con el Papa Francisco, que giró en torno a políticas destinadas a mejorar la vida de los más desprotegidos del sistema, fue el disparador de una serie de noticias falsas, titulares confusos y ataques desmedidos a las dos personalidades que tienen mucho en común, además de ser argentinos.
Estas acciones, dejan al descubierto que a esa minoría afectada por el “trono virus”, el bienestar del país no está en sus prioridades y mucho menos la búsqueda de la justicia social. La esencia es el poder, por el poder mismo. El odio, por el odio mismo. Opresores que necesitan oprimidos para sostener sus privilegios.
Frente a estas escenas, recordé una antigua reflexión titulada “El sabio y el escorpión”.
“Un maestro oriental, pasaba junto al río cuando vio que un escorpión se estaba ahogando y decidió sacarlo del agua. Cuando lo hizo, el alacrán lo picó. Por la reacción al dolor, el maestro lo soltó, y el animal cayó al agua y de nuevo estaba ahogándose.
El maestro intentó sacarlo otra vez, y otra vez el escorpión lo picó.
Alguien que había observado todo, se acercó al maestro y le dijo: “Perdone… ¡pero usted es terco! ¿No entiende que cada vez que intente sacarlo del agua lo picará?”.
El maestro respondió: “La naturaleza del escorpión es picar, y eso no va a cambiar la mía, que es ayudar”. Entonces, tomando una hoja, el maestro sacó al animal del agua y le salvó la vida.
Hoy, está claro quienes trabajan para ayudar y quienes clavan el aguijón. Una constante que hemos vivido a lo largo de los años, una y otra vez.
La esencia de la grieta.