“No es una guerra, es defender el bolsillo de los argentinos”

“No estoy en guerra con nadie, estoy defendiendo los intereses de los argentinos.” La frase fue dicha por el presidente Alberto Fernández en una entrevista con Radio 10.

No es una guerra, es una medida meditada del gobierno nacional que sorprendió a todos, fundamentalmente al monopolio de las telecomunicaciones.

Sobre el filo del fin de semana llegó el anuncio. Las compañías prestadoras de telefonía celular, internet y TV ya tenían todo preparado para aumentar a partir de septiembre el costo del servicio. Los aumentos que ya estaban cargados para la facturación rondaban el 15%.

Las quejas de los usuarios daban vueltas y vueltas por las redes sociales. Otra vez sopa. En plena crisis por la pandemia, un incremento que golpeaba a los agotados bolsillos de la mayoría.

Pero, sorpresas te da la vida. El viernes a la noche, el presidente escribió en su cuenta de Twitter: “Hemos decidido declarar servicios públicos a la telefonía celular, a los servicios de internet y a la televisión paga. De esta manera garantizamos el acceso a los mismos para todos y todas.” Y a renglón seguido precisó que las tarifas se congelaban hasta el 31 de diciembre.

Un reclamo histórico de las instituciones dedicadas a la defensa del consumidor fue atendido por la Casa Rosada. Las tarifas de dichos servicios encabezan la lista de las quejas presentadas ante los mencionados organismos.

En apenas unos minutos, aparecieron los cuestionamientos de unos pocos dirigentes opositores que cada día dejan más claro su reverencia a los grandes grupos económicos.

Dirigentes de cartón pintado, haciendo gala de una falta total de conocimiento sobre el tema.

Derechos básicos

“La educación, el acceso al conocimiento, a la cultura y a la comunicación son derechos básicos que debemos preservar. Por eso hemos ordenado que de aquí en adelante haya planes inclusivos de prestación básica, universal y obligatoria para quienes menos tienen.

De esta manera estamos recuperando herramientas regulatorias que el gobierno anterior quitó al Estado. El derecho de los usuarios y consumidores es un derecho constitucionalmente reconocido. En lo sucesivo, no podrá haber ningún aumento sin la previa aprobación del Estado.” Palabras del presidente.

Por supuesto, no faltaron los que dijeron “ahora sí somos Venezuela”. Ignorancia total.

La mayoría de los países de Europa consideran a internet como un servicio esencial. Entre ellos, podemos mencionar Finlandia, Francia, España, Noruega.

Sorpresa, en América también es servicio esencial, caso Estados Unidos y Canadá.

Extraño que no lo supieran, y más extraño que no se informaran antes de salir a criticar una medida importante para la amplia mayoría de la población.

El control del Estado estará a cargo de Enacom, presidido por Claudio Ambrosini, secundado por Gustavo López.

El Enacom es un ente autárquico y descentralizado que funciona en el ámbito de la Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación. Su objetivo es conducir el proceso de convergencia tecnológica y crear condiciones estables de mercado para garantizar el acceso de todos los argentinos a los servicios de internet, telefonía fija y móvil, radio, postales y televisión.

Las empresas no quisieron acompañar

“Esto es para todo un sector, que es muy amplio además. No es contra Clarín, ni Telefónica, ni Claro, ni Cablevisión. No se hizo para eso. Veníamos hablando con las empresas con las que tenemos buena relación.

Les pedimos que acompañen y que se pongan a la altura de las circunstancias, porque el país no soporta grandes aumentos en servicios esenciales como los que prestan, que son pilares en este contexto de pandemia. Yo no me meto en la economía de las empresas, pero les planteamos que el aumento era demasiado y se propuso que el próximo sea el año que viene. Y no pasó. Por eso el Gobierno tomó esta medida, que acompaño”, expresaron sus autoridades en declaraciones a los medios.

La declaración de servicio público existía y fue eliminada por el ex presidente Mauricio Macri a la semana de asumir en diciembre de 2015.

Lo primero que se les ocurrió a los opositores, fue plantear que estaban castigando a la libertad de expresión, que se estaban metiendo por la ventana del Grupo Clarín.

Ni se toman el trabajo de ser más creativos en sus fundamentos. No sé de que se trata, pero me opongo.

¿En algún momento, contribuirán al debate para construir las políticas de Estado que el país necesita en forma urgente?

Un sector ya está visto que no lo hará. Su única tarea es desestabilizar. Sin embargo, en la oposición hay dirigentes con criterio. Y son los que apoyan las acciones en favor de la ciudadanía y acompañan al gobierno con responsabilidad, aportando ideas.

Algunos quieren la guerra, otros saben que es momento de paz.

Algunos quieren profundizar la grieta, otros consideran que es momento de aliviarla.

Tiempos claves para fortalecer la democracia, mientras el virus sigue haciendo de las suyas.

Agosto y las comunicaciones

Hablando de comunicación, es interesante recordar que se cumplen 100 años de la primera transmisión radial en Argentina. Un hecho que es recordado con todos los detalles por Jesús Chirino en el Suplemento Cultura de la edición de ayer de nuestro matutino.

“Señoras y señores, la Sociedad Radio Argentina les presenta hoy el Festival Sacro de Ricardo Wagner, ‘Parsifal’, con la actuación del tenor Maestri, el barítono Aldo Rossi Morelli y la soprano argentina Sara César, todos con la orquesta del teatro Costanzi de Roma, dirigida por el maestro Félix von Weingarten.”

Estas fueron las primeras palabras que un argentino –Enrique Susini– dijo frente a un micrófono de radio. La magia de la radio surgió desde la Terraza del Teatro Coliseo, sorprendiendo a un centenar de personas.

Desde ese momento, los medios de comunicación han recorrido un largo camino.

En agosto, también, se fundó el diario Clarín. Fue un 28 de agosto de 1945.

El año 1945 fue muy significativo en la historia argentina. En ese momento se generó una división clara de la sociedad. Por un lado, el peronismo, en su mayoría trabajadores y en la vereda opuesta el antiperonismo, avalado por la clase media- alta, fundamentalmente la porteña.

Spruille Braden, el embajador de Estados Unidos llegó a Argentina, según los historiadores, el 19 de mayo de 1945. Fue el armador de la oposición al General Juan Domingo Perón.

Pasaron 75 años. Cualquier semejanza con la realidad actual, no parece ser pura coincidencia.

(Mi nota publicada en el Suplemento Mano a mano de El diario del centro del país, con ilustración de Raúl Olcelli)

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